Es un contrato en virtud del cual una persona jurídica, como Fideicomitente, transmite bienes a una entidad bancaria que actúa como Fiduciario, quien se obliga a administrarlos o enajenarlos para cumplir una finalidad determinada en beneficio del Fideicomitente o de un tercero llamado beneficiario.

Los bienes que se transmiten se constituyen en un “Patrimonio Autónomo”, que no forma parte de la garantía general con relación a los acreedores del Fiduciario y sólo garantiza las obligaciones derivadas del Fideicomiso o de su ejecución.

El Fideicomiso constituye un instrumento versátil que viabiliza el cumplimiento de objetivos de diversos tipos, considerando que los bienes se administran exclusivamente de acuerdo a las instrucciones impartidas por el Fideicomitente. 

Es un mecanismo jurídico y financiero seguro, transparente, flexible y sencillo que otorga soluciones específicas a mandatos concretos.